ENCARCELADOS
Domingo por la noche, el pueblo se va apagando como una cerilla a punto de consumirse, la noche se cierne sobre él y con él, los últimos vestigios de vida, la gente comienza a volver a sus casas después de un fin de semana un poco loco, la primavera ha llegado y con ella el calor y la fiesta, al día siguiente es lunes y la gente tiene que madrugar para ir a sus trabajos.
Un joven camarero está sentado en la barra de su bar esperando algo que no sabe bien, intenta alargar el fin de semana un poco mas pero no sabe cómo, de pronto un amigo entra en ese momento por las puertas del bar, lo saluda animadamente:
-Hola, ¿Qué haces?
-Aquí, esperando para ir a casa, ya no hay nadie por la calle mañana es lunes.
-¿Porque no vamos al bar de tomas y tomamos la ultima?
El joven camarero que aun tenía ganas de fiesta miro a su amigo con renovada alegría y exclamo:
-¡Es una buena idea, dame cinco minutos y nos vamos!
El amigo se metió en su coche y espero al joven camarero que tal y como había dicho a los cinco minutos salió, ambos se montaron en el coche y se fueron al bar de tomas.
Lo que ellos no esperaban era lo que tomas les tenía preparado.
Entraron en el bar de tomas y charlaron con el animadamente, tomaron unas copas y se divirtieron de lo lindo.
-Voy a echar el cierre que ya es tarde-dijo tomas al cabo de unas horas.
Tomas salió a la calle y echo el cierre de hierro que se cerró con un estruendo, cuando entro al bar todo pareció normal, pero faltaba algo, las llaves del bar se habían quedado en el coche de tomas y ellos estaban encerrados.
-¿Ahora qué hacemos?-exclamo el joven camarero.
-Podemos pasar aquí la noche-sugirió tomas.
-Mejor llamamos a mi hermano que venga y que nos de las llaves del coche.
Así los tres amigos llamaron al hermano del joven camarero a las tantas de la madrugada, quien fue y les saco las llaves del coche y los dejo libres de nuevo.
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