viernes, 3 de junio de 2011

'X-Men: primera generación', el peliculón que se merecían los mutantes


‘X-Men: primera generación’ venía precedida por unas críticas mayoritariamente favorables, trailers que pintaban muy bien y un equipo interesante encabezado por el recomendable director británico Matthew Vaughn. Así pues, todo apuntaba a que sería un filme excelente, la consagración de los mutis en el celuloide, y aun así, mi alma de friki no cesaba de hacer sonar la alarma de vez en cuando: ¿y si luego no es tan buena como parece? Pero bastaron unos pocos minutos de proyección para empezar a relajarme y disfrutar, porque,efectivamente, esta x-precuela es una peli magnífica.

Vaughn ha bebido fundamentalmente de los ‘New X-Men’ que guionizó Grant Morrison hace unos años, tanto para definir la estética y el tono de la película, como por la elección de los personajes que terminan conformando la primera alineación de hombres X. Todos ellos mutantes de segunda fila (Havok, Banshee, Darwin…), una decisión estupenda, en lugar del recurso facilón de recurrir de nuevo a los Cíclopes y Lobeznos de turno. Además, en el (relativamente) poco tiempo con que cuenta Vaughn para no entorpecer el ritmo de la narración, consigue presentarnos bien la personalidad de cada uno y hacer que empaticemos con ellos.

No obstante, y pese a contar con sus momentos de lucimiento, estos personajes quedan eclipsados por los verdaderos protas de esta historia: el profesor Xavier y Magneto, presentados aquí en su versión juvenil con los rostros de James McAvoy y Michael Fassbender respectivamente. Y entre medias de ellos, Mística, un personaje que jamás me había parecido tan interesante como en esta película, y que forma con los otros dos un electrizante triángulo (no pensemos cosas raras) que nos mantendrá fieles a la butaca, aun cuando como buenos comiqueros ya intuyamos su resolución.

1 comentario:

a dijo...

tiene un pinton de la leche estoy deseando verla