jueves, 25 de noviembre de 2010

Entonces...

Entonces, abrí los ojos…….
Cuando desperté, lo primero que sentí era el frio en mis pies desnudos, el suelo y las paredes estaban manchadas de grasa y musgo y en el ambiente se podía respirar un olor fuerte y desagradable.
Al incorporarme, me encontré en un pasillo oscuro empedrado, avance lentamente, la cabeza me daba vueltas y los oídos me zumbaban. Estaba desorientado ¿Donde estoy? ¿Qué a pasado? eran preguntas que me hacia a las cuales no le hallaba respuesta
Al avanzar un poco me tope delante de una puerta de madera envejecida, al tocar el pomo me inundo una sensación que hacia años no sentía, una sensación cálida y familiar, me dispuse a abrir la puerta.
Aparecí en un llano verde rodeado de flores, la brisa era cálida como en un día de verano, se podía escuchar el fluir de un rio en la cercanía. A lo lejos vi una casa, de la cual salía por la chimenea el olor a pan recién orneado.
A cada paso que daba hacia la casa iban llegándo imágenes de my infancia, todo era muy desconcertante.
En ese preciso momento, la puerta de la casa se abrió y pude distinguir una silueta familiar, una persona que habia estado toda mi vida a mi lado. Rompiendo en lágrimas salí corriendo a su encuentro, pero algo no iba bien por muy rápido que corria no conseguía alcanzarla, cuando me di cuenta, estaba dentro de ese pasillo frio y oscuro.
La angustia y el dolor que sentí en ese momento no podría explicarlo con palabras, un hormigueo empezó a recorrer todo mi cuerpo, sentí una presión que arrastraba mi cuerpo lentamente hacia atrás, y empecé a escuchar el sonido de una sirena y a dos personas hablando. No entendía nada, ¿a caso empezando a perder la cabeza?
Entonces en ese preciso momento, abrí los ojos……

Por: Jose Luis Esteban Camacho.

2 comentarios:

Miguel Gonzalez dijo...

Perfecto Isabella, ahora me pongo en contacto contigo por E-mail.

Un saludo y gracias por visitarnos.

a dijo...

un relato muy chulo